martes, 21 de septiembre de 2021

Reseña: Tenemos que hablar de Kevin

 


Hoy nos toca reseña de la novela Tenemos que hablar de Kevin.

Tenemos que hablar de Kevin es una novela epistolar de suspenso y policiaca escrita por Lionel Shriver y publicada en el año 2007.

Siendo franca esta novela la leí porque vi la película y me causó muchísima curiosidad sobre la historia ya que en esta nos encontramos con una mujer que goza de su vida personal y laboral completamente pero se ve enredada en los fervientes deseos de su esposo de tener una familia, lo cual supone un montón de cambios y restricciones para ella que se ven intensificados por el pequeñísimo detalle de que su hijo primogénito no es un bebé convencional.

La historia comienza con Kevin en la cárcel, su madre Eva está siendo duramente castigada por su entorno social, en este punto ella es tratada como una marginada a consecuencia de las terribles acciones de su hijo...

Vamos a desmenuzar un poquito a los personajes de la novela.

Eva Katchadourian Es una mujer de un espíritu fuerte que ha sido doblegado brutalmente por las circunstancias de la vida que le han tocado vivir.

Es a través de Eva que podemos conocer la historia de su familia y por supuesto de su primogénito Kevin.

 La historia que Eva le escribe a su esposo Franklin a través de su diario va detallando día con día sus recuerdos, muchos de los cuales le causan nostalgia, pocos de ellos le causan gozo y muchos son terribles penitencias para ella, pero todo ello ayuda a armar la historia completa dando un panorama completo de las circunstancias en las que se vieron metidos.

Como les comentaba, Eva antes de ser madre fue una mujer que se dedicaba a vivir para gozar su existencia, conocer, viajar, amar y ser libre. ¡Vaya! ella afianzada a su gran amor a la libertad consagró su vida a viajar por el mundo y ser la dueña de unas importantes guías de viajes de turismo que elaboraban según sus experiencias y criterios de evaluación en base a los viajes que ella y su equipo realizaban. Eva conoció muchos países, culturas, costumbres y trajo con ella a su vida cotidiana una infinidad de extravagancias que hacían su día a día un revoltijo de colores.

A lo largo de la historia que leemos en Tenemos que hablar de Kevin Eva hace muchísimo énfasis en lo importante que es para sí misma su vida laboral y su dedicación por su amor a conocer nuevas cosas, pero Franklin, su esposo es también parte importante de su vida y jamás es dejado de lado, por el contrario Eva siempre lo tiene en consideración y relata lo felices que eran en su etapa de amor incondicional intemporal cuando solo eran ellos dos juntos y nada más faltaba.

En cuanto a Eva y Franklin...

Su relación se describe como natural y fluida a pesar de sus diferentes personalidades y preferencias generales dispares. Para Franklin era esencial tener una familia, ser padre y tener una rutinaria vida familiar, por su lado Eva disfrutaba su vida, su trabajo y se apasionaba con ello. Aún así Franklin fue el amor de su vida y junto a él era muy feliz pero él nunca fue su único motivo de su felicidad.

Ahora sí, llegó el turno de hablar de Kevin Katchadourian. El fue un niño concebido por el ferviente deseo de su padre de tener una familia tradicional, sin embargo su madre Eva solo se sentía obligada por la presión de hacer feliz a la persona que ama.

Cuando nace Kevin demuestra una actitud completamente agria para con la vida, Eva que es su madre y quien en un principio por cuestiones naturales tiene más cercanía con él nota ciertas actitudes de su hijo que le resultan llamativas de una forma negativa, por ejemplo, el continuo intento de crear un posible pleito entre ella y Franklin, su resolución para no disfrutar nada en su corta vida, y su completo interés en hacer desagradable su propia compañía para los demás en la mayor medida posible.

A lo largo de la historia podemos observar el crecimiento de Kevin hasta su adolescencia que es donde en sí inicia el relato.

Los intereses de Kevin se resumen en: manipular, incomodar, hacer daño a los demás y practicar tiro con arco a razón de su gusto por el cuento de Robin Hood. Claro que sus gustos no se pelean con su gran inteligencia y astucia que demuestra a lo largo de la historia, por ejemplo, se menciona que incluso su propia madre no se dio cuenta  cuando él aprendió a leer por sí mismo,  siempre se mostró como un ser frío, inteligente y casi siempre metódico, casi nunca estableció patrones repetitivos en su actuar y nunca estableció un patrón fácil de seguir por terceros tampoco a menos claro que ese patrón fuera para molestar a alguien en específico con dicha conducta, siempre fue muy astuto y parecía disfrutar francamente de la incomodidad de los demás, en especial cuando era causada por él.

Algunas de las cosas destacables que hacía Kevin Katchadourian a lo largo de la historia son por ejemplo, vestir con ropa demasiado pequeña para su talla, se menciona que esta practica es posiblemente con la intención de incomodar visualmente a los demás puesto que la ropa era tan entallada que mostraba por completo su cuerpo y llegaba a ser incomodo de observar. Otra cosa que hacía era no permitirse disfrutar de su propia comida sino simplemente comer algo para que su cuerpo funcionara, no más ni menos, pero una de las conductas más destacadas fue sin duda el instar a terceros a provocar o provocarse alguna clase de daño o incluso de ser posible, causar el daño directamente él mismo.

En cuanto a Kevin y su relación con su familia...

La relación que Kevin establece con su familia en la historia es complicada, desde muy temprana edad es remarcable el cambio de actitud que tiene para con su madre y para con su padre mostrándoles dos caras completamente distintas. Por su lado, Eva se tiene que enfrentar día a día con la verdadera cara de Kevin, en un principio por ejemplo, Kevin lloraba incansablemente llevando a su madre hasta el borde de su paciencia y resistencia para soportarlo, lo cual la llevaba a cuestionarse aún más sus aptitudes maternales, sin embargo cuando Franklin llegaba, el pequeño Kevin se mostraba tranquilo y amoroso dejando a su madre Eva en una posición muy incómoda pues a este punto de cada día ella cada vez soporta menos la situación y daba a Franklin la sensación de que ella no quería a su propio hijo. A Franklin por su parte le mostraba una cara amistosa y llevadera que fácilmente su entusiasta padre confundía con un hijo amoroso, para él siempre hubo sonrisas, cumplidos, frases pegajosas de programas de televisión que a oídos de Eva (que bien lo conocía) sonaban a pura burla frontal, pero Franklin siempre creyó ciegamente en la inocencia de su hijo, lo amó y protegió de todos como si fuese el niño más dulce.

 Por otro lado para con Celia, la hermanita menor de Kevin, Kevin se mostraba casi tal cual, no tenía problemas en molestarla, pretender jugar con ella para después dejarla mal parada en situaciones incómodas e incluso peligrosas. Celia se describe como una niña completamente amorosa y dulce, inocente que por alguna razón nunca deja de querer a Kevin a pesar de las circunstancias en las que él la pone, sin embargo por las mismas razones su personalidad se va apagando poco a poco hasta ser una niña por completo insegura de sí misma y temerosa de todo.



Te invito a seguirme en mis redes sociales para más contenido literario y agradezco a todos sus donaciones a Paypal para apoyar mi contenido literario.



LINK AL EPISODIO EN PODCAST: PODCAST RESEÑA KEVIN
LINK AL PODCAST EN YOUTUBE: KEVIN YOUTUBE










No hay comentarios.:

Publicar un comentario